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17.11.19

2007/2008 - Ahora sí

Profesionalmente me dedico al mundo de la consultoría tecnológica, mas concretamente al área de conocimiento Business Intelligence & Analytics. Todo lo que tiene que ver con datos.

Allá por el año 2006 adjudicaron a mi compañía un importante proyecto para un organismo de la administran ción pública, y arrancamos con un equipo pequeño (vamos, dos personas) donde yo jugaba el rol de jefe de proyecto / interlocutor, aunque como te puedes imaginar, en un equipo de dos personas lo que hay que hacer es currar, no hay mucho espacio para la gestión.

Con mi compañero de proyecto  (y buen amigo) Juan teníamos nuestras confidencias, nuestras charlas, y compartíamos inquietudes. Fue un proyecto que nos exigió pasar muchas horas juntos, y realizar "overtime" mas de lo que nos hubiese gustado.

En una de esas confidencias, Juan me comentó que por cuestiones varias, no pudo finalizar en su momento la carrera de Ingeniería Industrial, y que se había embarcado en la UNED para abordar las asignaturas que tenía pendientes y finalizar los estudios. Tenía mas o menos claro las asignaturas que podía abordar al año. Ahí estaba… Dándole que te pego a termodinámica, circuitos analógicos, estructuras… 

En ocasiones dedicaba espacios de descanso, como pudieran ser desayunos o comidas, para repasar temarios, revisar el foro de alguna asignatura o enviar alguna PED que pudiese tener pendiente. Ostras, esa suerte de esfuerzo y sacrificio me impactó. A ver… Quien me conoce sabe que me atrae sobremanera el esfuerzo, que me encanta abordar proyectos e iniciativas, por muy peregrinas que puedan parecer y que me atrae todo lo que tenga que ver con productividad personal y sacarle el máximo partido a las horas del día… Pero el hecho de sacrificarte por el mero hecho de saber más, por tener un mayor conocimiento ya sea para tu trabajo o para tu satisfacción personal, o simplemente por el placer que supone sumergirte en aprender nuevas disciplinas… Creo que es una de las sensaciones, experiencias que mas puede enriquecer a una persona. Y efectivamente, ello me impactó.

Algo que tenía totalmente olvidado, oculto, escondido en lo mas profundo de mi espíritu de repente brotó. A ver, no significa que en los 10/15 últimos años no me hubiese dedicado al estudio y a la formación y crecimiento personal, todo lo contrario. Me había dedicado y con ahínco, pero única y exclusivamente en el terreno profesional. Me preparé varias certificaciones profesionales, sobre todo expedidas por fabricantes de software, que me capacitaban de manera sobresaliente para la realización de mi trabajo. Es mas, en la compañía en la que trabajaba en ese momento me encargué de coordinar un proyecto interno cuyo objetivo era conseguir una certificación a nivel de compañía, que nos convirtió en el primer partner a nivel nacional con certificación gold (la máxima capacitación) de uno de los mayores fabricantes de software del mundo. Y para ello, no solo yo, sino diferentes compañeros tuvimos que realizar un trabajo importante de estudio y certificación.

A ver, que no me quiero ir del asunto… A lo que quiero llegar es que siempre he sido una persona muy inquieta y siempre me ha gustado formarme, pero en aquellos años lo único que me interesaba era crecer profesionalmente y, lógicamente, ganar mas dinero.

Pero ojo, el abordar una ingeniería, eso es tela, es tela marinera, es harina de otro costal, es un reto de dimensiones homéricas, es algo que te cambiará la vida. No consiste en convertirte en  experto de una base de datos, o de un determinado lenguaje de programación. Es abordar 40 pruebas (con pruebas me refiero a mas o menos asignaturas) las cuales, algunas te gustarán o te podrás sentir mas o menos cómodo, otras a medias, y otras directamente odiarás. Insisto, mas o menos 40 pruebas. El número, ya de primeras, intimida.

A lo que quiero llegar es al reto, al objetivo, a ese objeto del deseo que, no digo que tengamos todas las personas, pero que seguro que muchos de nosotros sí. ¿Seria capaz de afrontar ese reto? ¿De subir esa montaña? ¿De hacer esa maratón?. Ahí está. Ese cosquilleo, ese run run, algo que es totalmente mío, donde nadie puede entrar, donde nadie me va a ayudar, donde me voy a enfrentar yo solo. Es un reto, un duelo, en el que debo usar todas mis capacidades, en el que voy a conocer de verdad hasta donde soy capáz de llegar, pero que me va a producir placer, pues el conocimiento genera placer, por lo menos en mi caso. El conocimiento es esa gran televisión, ese gran youtube, aquello que nunca se acaba, y que a medida que vas adquiriendo mayores cotas de conocimiento vas accediendo a niveles mas y mas interesantes. En ese sentido es como un videojuego, en el que vas adquiriendo un mayor nivel, y dicho nivel te da acceso a nuevas aventuras, nuevas "quests".

Venga, fuera introspección y vuelta al mundanal día a día. Pues así fue como apareció de nuevo el gusanillo a partir de mis confidencias y charlas con mi compañero Juan.

Compartimos unos cuantos cafés y cigarrillos, donde le asedié a preguntas sobre la UNED,  -Oye , y ¿qué tal?, ¿cómo te organizas?, ¿Vas a clases? ¿Tienes que estudiar mucho?. -

Finalmente, lo tuve muy claro. Era 2007 y me iba a embarcar en "mi gran epopeya". Iba a matricularme en la carrera de Ingeniería Técnica de Sistemas.

Y así lo hice. Pero ojo, esta vez no me pasó como en el 95. No no no… Esta vez ya era un poquito mas adulto, ya tenía mas experiencia. Ya tenía un hijo, hipoteca, familia y mucho, mucho trabajo. Esta vez no me iba a calentar y pensar que soy el rey del mambo y que soy capaz de sacarme 7 u 8 asignaturas en un año. De eso nada. Esta vez iba a hacer las cosas bien.

Por tanto, ese primer año únicamente me matriculé de dos asignaturas, Algebra y Programación II. Ya que tenía aprobada Programación I pensé que de manera natural debía de abordar esta asignatura. Como contaré mas adelante no podía estar mas confundido con mi elección. 

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